07 junio 2015

EL DÍA EN QUE MI HIJO NO FUE AL LORO PARQUE CON SUS COMPAÑEROS DE CLASE

Hoy os dejamos un relato del Escritor Antonio REVERT LÁZARO

DIEGO CONTRA LA OSCURIDAD DE LOS ZOOLÓGICOS: 
EL DÍA EN QUE MI HIJO NO FUE AL LORO PARQUE CON SUS COMPAÑEROS DE CLASE.
Había hoy programada una excursión del colegio al Loro Parque.
Mi hijo Diego no ha ido. 




Nos comentó, tranquilamente: “Allí están todos los animales detenidos, a mi lo que me gusta es que los animales sean libres”.
No juzga a los que van. Pero ése es su criterio sobre ese tipo de sitios.
Su amigo del alma, Miguel, tampoco lo dudó: no quiso ir al Loro Parque. Le explicó a su madre que allí mantienen a animales encerrados, una vez que los cazan de pequeños, separándolos de sus madres.
Me sorprende lo fácil que les ha resultado resolver lo que podría haber sido un dilema para algunos padres.
Será que están más pegados a la tierra que nosotros.
Será que mantienen intacto ese silencio del alma con el que salimos al mundo.
Será que animales y niños conectan con solo mirarse a los ojos. Y que nosotros hace tiempo que no disponemos de tiempo para mirar a los ojos de ningún otro ser vivo.
Será quizá que nos creemos libres pero en realidad vivimos también claudicando, en una cárcel de golosinas. Por eso no entendemos.
Será que ni de lejos recordamos qué significa ser libres, porque vivimos atados a demasiadas cosas que nada significan y que no necesitamos en absoluto.
Será que en realidad somos como un animal preso. Engordamos y trabajamos haciendo lo que se espera de nosotros, como delfines en el espectáculo diario de la piscina del zoológico.
Será que hacemos como que jugamos felices con una pelota, como un león marino adiestrado, solo para seguir recibiendo el premio de la comida.
Será que sin darnos cuenta también colmamos expectativas ajenas saltando en una piscina, para que un monstruo del que somos prisioneros se enriquezca a costa de nuestra libertad.
Será -a lo mejor- que jugamos a aparentar tener una vida plena, cuando mataríamos por el maldito cubo de pescado de todos los días.
Porque quizá el cubo de pescado es lo único que tendremos, en realidad, al final del espectáculo. Y siempre que hagamos lo que nos mandan, claro.
Será quizá que nos creemos muy vivos, pero estamos más cerca de la muerte de lo que pensamos.
Y por eso no detectamos cómo reina el olor de la muerte en determinados lugares, como los zoos.
Yo, querido Diego, estoy muy orgulloso de ti.
Y pienso que la oscuridad es esta noche, ante nosotros, un poco menos enorme.
Antonio Revert Lázaro.



1 comentario:

  1. El día que nuestros hijos no quieran ir al Loro Parque...seremos un poco más libres

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